Los candidatos proponen “reconstruir Bolivia” o una nueva Constitución sin comprender la profundidad del país. Este artículo cuestiona esas ideas vacías y llama a la reflexión.
La reelección presidencial en Bolivia, tras su legalización en 2009 y los debates posteriores, sigue siendo un dilema entre continuidad programática y alternancia democrática.
La política boliviana se volvió un espectáculo mediático donde escándalos y desinformación opacan el debate real. Solo una ciudadanía crítica puede romper este ciclo y exigir propuestas, transparencia y profundidad.
Esta elección, como las de los últimos 20 años, constituye un nuevo episodio en la confrontación entre dos modelos de Estado, económicos, sociales y políticos.