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DEL EQUILIBRIO AL MALABARISMO FISCAL, LA PROPUESTA DEL PDC
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- Fabricio Molina
- @fabri_molina_/
Propuesta Fiscal, por un lado reduzco y redirijo, por el otro gasto a lo loco.
La propuesta emblema para Rodrigo Paz es la nueva redistribución fiscal, lo que él llama el nuevo pacto 50/50 acompañado de un déficit cero, es decir que el estado no va gastar más de lo que le ingresa (Para 2025 el déficit fiscal según estimaciones del Banco Mundial alcanzará el 12.1% del PIB, alrededor de 6 mil millones de dólares que son financiados a través de la impresión de bolivianos, la verdadera causa de la inflación que ahora experimentamos). ¿Cómo el PDC pretende equilibrar las cuentas públicas al mismo tiempo que hace promesas de aumento de gasto público?
Iniciemos analizando cómo se estructuraría el gasto público durante los siguientes 5 años, 50% del gasto destinado para el gobierno central, 50% destinado para entidades territoriales autónomas (actualmente recibe 9.4%) y universidades públicas (actualmente recibe 2.3%). Esta iniciativa irá acompañada de una alteración del gasto público tal como lo conocemos hasta ahora.
Analicemos cómo el PDC pretende reducir el gasto público, o al menos parar que siga creciendo en ciertos sectores. Según su plan de gobierno, una de las primeras medidas será el congelamiento de las empresas públicas deficitarias del país. Según el PGE 2025, el Estado boliviano cuenta en su cartera con 53 empresas públicas de distinto nivel, de las cuales 14 generaron pérdida en la gestión 2024. Es importante enfatizar que el PDC propone paralizar tales operaciones, no un cierre de las empresas; por ende el estado no enfrentaría costos de cierre, ni tampoco percibiría ingresos por la liquidación de los bienes de estas empresas, entonces el estado boliviano podría ahorrar anualmente (suponiendo un costo de mantenimiento del 5%-10%) aproximadamente 431 millones de bolivianos anuales, 61.84 millones de dólares al tipo de cambio oficial (Tipo de cambio usado tanto para el gobierno central como los organismos internacionales).
Otra medida que aplicarían para parar el crecimiento del gasto público es el congelamiento de nuevas contrataciones para el nivel central del estado; esta medida no tendría por qué afectar a los niveles departamentales ni municipales, y ahí está el detalle. La medida propuesta tan solo afectaría al 2,4% del presupuesto a sueldos y jornales según el PGE, una cifra que asciende a Bs. 1270 millones de bolivianos anuales; tal propuesta no la tacho de negativa pero claramente es insuficiente para paliar el enorme déficit al que nos enfrentamos.
Igualmente se mencionaron medidas tales como la eliminación de la renta vitalicia a los expresidentes, monto que asciende a los Bs 220.000 anuales, no los Bs 8 MM que Edman Lara cree que se gastan, además de la eliminación de los parlamentarios supraestatales, que cuestan al país anualmente Bs 5 MM anuales, no los Bs 350 MM que su candidato a vicepresidente establece que se gastan en estos parlamentarios.
Claramente esta reducción del gasto público es insuficiente, no ataca los problemas estructurales del déficit y tan solo son transitorios, además que vendrán acompañados de un aumento desmedido a varias cuentas nacionales. La medida mayormente mencionada por Edman Lara es el aumento de la renta dignidad a Bs 2.000/mensuales desde los Bs 350/mensuales que los jubilados reciben actualmente; solo esta medida representará anualmente a las arcas estatales un aumento de Bs 25.671.551.400 o de USD 3.683.149.411. Tal medida simplemente es populista e irresponsable y hecha por borda todos los “intentos” de reducción del gasto del nivel central del gobierno. Además este paquete de gastos contempla un aumento para los jubilados que perciban una renta debajo de los Bs 3.000/mensuales un aumento de Bs 1.000, un aumento a la renta de los discapacitados, proyectos de construcción de casas por parte del estado, aumento en el salario de policías (criterio que comparto) además de promesas llevadas a cabo por Lara con distintas organizaciones sociales.
¿Cómo se planea pagar la fiesta? Rodrigo Paz reconoce que muchas de las promesas hechas por su partido son imposibles de pagar sin que se lleve a cabo una espiral inflacionaria en el país. Dentro de su programa de gobierno y en declaraciones hechas en medios de comunicación Paz propone un aumento de los ingresos del estado; para lograr este objetivo necesitará usar una vez su “magia”. Paz apuesta por la formalización de los sectores mineros y los comerciantes. Para lograrlo propone una reestructuración del esquema impositivo boliviano; si bien no especifica en qué grado, sería una reducción y eliminación de impuestos, y la reducción y eliminación de muchos aranceles, cosa totalmente positiva si es que se cumple. Estas propuestas podrían ampliar la base imponible; su estrategia de créditos baratos y un esquema impositivo bajo y entendible podría jugar en su favor a la hora de exigir formalización a los comerciantes. Existe una gran oportunidad en este aspecto. Paz igual apuesta por la exploración y explotación de los hidrocarburos dando incentivos fiscales y legales; debo decir que no soy partícipe de otorgar beneficios a industrias en específico.
Lastimosamente no podemos degustar al público en este aspecto con cifras, ya que el candidato no especificó la magnitud de sus medidas.
Como comentario final solo queda decir que el plan de política fiscal del PDC arrancó desde un punto muy débil pero tal vez realizable de déficit cero (dada las propuestas que aumentarían los ingresos del poder central) a un mamarracho que tiraría por borda cualquier logro en la reducción del gasto público. Las promesas tiradas al aire por Lara dan a entender la falta de seriedad a la hora de afrontar este problema.
No señores Paz y Lara, que el dictador de El Salvador diga que cuando no se roba la plata entonces esta alcanza no es una verdad absoluta ni remota; hace falta un plan serio que identifique las fallas y excesos del sistema para por lo mínimo reconocer el problema.