Encuestas: entre silencios y festejos

En lo que va de la contienda electoral se han publicado 4 encuestas: 2 por Unitel, 1 en Red Uno y 1 vía El Deber.

Sin excepción, se repiten dos patrones: la sumatoria de indecisos, nulos y blancos (INB) hacen una media de 27 %; la sumatoria de los candidatos opositores al Proceso de Cambio hacen más del 50 %.

Sobre ambos fenómenos, los medios de comunicación vienen posicionando sus narrativas correspondientes. Por una parte, se explica ese 27 % de INB como producto de una fragmentación del voto, arraigado en un descontento juvenil por la vieja política. Por otra, se busca instalar que la mayoría del país votará en contra del Proceso de Cambio debido a la crisis económica, atribuida al modelo iniciado en 2005.

Sin embargo, la narrativa impuesta presenta erosiones. Los propios analistas invitados por los medios encienden las alarmas del bloque opositor al MAS. Anuncian la necesidad de unir a los partidos para vencer a Andrónico, caso contrario se puede perder. Otros son más fatalistas, afirman que el MAS no entregará el gobierno y, por tanto, se necesita una movilización masiva en calle.

Al respecto, uno podría deducir que algo no cuadra: si las encuestas muestran que más del 50 % está contra el Proceso de Cambio ¿Cómo puede ser Andrónico una amenaza?

No podemos negar o afirmar que los datos mostrados son fiables, pero el miedo visceral, mezcla de pánico y bronca, en la voz de los analistas es en sí mismo el mayor indicador.

Requerimos, entonces, una explicación alternativa a ambos fenómenos presentes en las encuestas. Una en la que aquel voto INB encuba un voto oculto. Una revisión a las encuestas y resultados finales entre 1997 y 2005 nos muestra que, históricamente, existió un voto oculto por candidatos que representaron a los sectores populares. Voto oculto en tanto que los medios de comunicación, partidarios de candidatos elitistas, imponían en la discusión mediática que apoyar a CONDEPA, UCS, MIP y al MAS era de gente ignorante, chola, salvaje o "india".

Este voto oculto se pierde entre 2005 y 2019 para reaparecer en 2020, donde los medios no escatimaron minutos al aire para advertir que votar al MAS era de "salvajes".

Respecto al segundo fenómeno, su instalación parece ocultar, por decisión u omisión, aquella polarización política de 2019 y 2020. Sin duda, podemos afirmar que la crisis ha sembrado dudas en sectores simpatizantes del Proceso de Cambio. Sin embargo, poner como opciones a 2 cómplices del Golpe de Estado y 1 ex capitán de ejército en poco ayuda a lavar la imagen de aquella derecha que incendió Wiphalas como festejo.

Si juntáramos ambas explicaciones, tendríamos un voto oculto en aquel 27 % de IBN que es, en el fondo, el voto del Proceso de Cambio que guarda silencio. Ese silencio andino que guarda recaudo frente al adversario y habla en clave a los suyos, preguntándose si este joven chapareño es la opción para vencer. Andrónico existe como actor político desde 2019, cuando en pleno colapso del MAS empuñó su Wiphala y anunció el bloqueo de caminos para resistir el Golpe.

¿Sigue siendo Andrónico aquél joven? ¿Es él la opción para detener a la derecha? ¿Sigue siendo uno de los nuestros?

La pelota esta en los pies de Andrónico y por eso los analistas golpean desesperadamente las campanas. Solo el tiempo nos dirá si es él o no.

Mientras tanto, las ferias y fábricas guardan silencio, los analistas gritan, la derecha festeja...

¿Y usted, por quien va a votar?