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¿El final político del bloque popular?
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- David Duran Ibañez
- @davidd_ibanez
¿El final político del bloque popular?
Bolivia es diversa, su política y espacio social mucho más, parece una ventaja, un motivo de alegría tener esa diversidad, pero lo que no tenemos en cuenta es que se trata de nuestra gran trampa histórica y social, que ha terminado en una serie infinita de conflictos.
La política –por lo menos para Sartori– es la esfera de las decisiones colectivizadas, esto quiere decir, que es el espacio donde los diferentes grupos que componen la sociedad resuelven sus conflictos, intereses, problemas, para el mantenimiento de la cohesión social. Cuando la política fracasa, la sociedad se fragmenta. Hanna Arendt (filosofa política) decía que la política se trata de estar juntos en nuestra pluralidad. Esto es más que central, porque a medida que la composición social es más amplia y diversa, los fines sociales también apuntan en todos los sentidos posibles, todos quieren ir a sus objetivos, el problema es que todos tenemos diferentes metas de sociedad y ahí está la política para tratar de hacer cuadrar todos los fines en un solo fin, es el desafío de la política. A medida que las metas y fines son más diversos, la posibilidad de construcción de una sola meta social como país se vuelve más difícil, eso desencadena en conflictos que muchas veces son irreversibles, solo recordemos lo que algún día fue Yugoslavia; un país compuesto de una diversidad riquísima pero insostenible en el tiempo.
Entendido este criterio, Bolivia ha vivido estos últimos años de un relativo equilibrio de fines políticos engarzados en el amplio bloque popular. El Movimiento al Socialismo (MAS) ganaba las elecciones con un apoyo que elevaba al máximo el éxtasis de sus dirigentes y seguidores, la fuerza popular, la fuerza del pueblo, uno de los movimientos políticos más grandes que ha presenciado este país, pero que hoy día muestra señales de una muerte técnicamente irreversible, solo sujeta a prácticamente un milagro providencial. El MAS se encuentra en coma y las organizaciones sociales se encuentran fragmentadas, las encuestas muestran a un Andrónico Rodríguez que encabezaba las encuestas en enero en primer lugar a llegar a un cuarto lugar en la segunda encuesta difundida por El Deber. Es el síntoma, de un cuerpo político frágil y disperso en varios partidos (MORENA, MAS, UCS, Alianza Popular) además de aquellas organizaciones sociales que aun luchan junto a Evo Morales y de otras organizaciones completamente alejadas de estructuras políticas.
Esto representa un serio problema, para el bloque popular, recordemos que, en esa lucha de intereses colectivos, cuando se tiene fuerza política las demandas sociales, las demandas populares llegan con más facilidad sobre la toma de decisiones en el estado y el sistema político. Hoy, Alianza Popular es la única alianza política con expectativas reales de colocar representantes de este bloque en la futura Asamblea Legislativa, pero si nos damos cuenta, se trata de la representación desde un parte del bloque y no así de todo el conjunto que quedara sin representación en la asamblea. Evo Morales esta fuera de la contienda política electoral y otros espacios de este bloque quedaran marginados de la creación del futuro estado boliviano, por lo menos desde vías formales.
Con un 25-30% de votantes indecisos o que votaran nulo o blanco, al que yo llamo “voto gris”, puede ser la última esperanza que le queda (por lo menos a Andrónico) para subir la cantidad de diputados y senadores, sin embargo, los datos son en esencia poco alentadores. Todo apunta a que veremos a un segmento de la población boliviana fuera de la representación legislativa y eso solo significa una cosa, conflicto y movilizaciones.
El asunto reside en que el bloque popular ha perdido la fuerza para hacer política, la crisis económica y la autodestrucción de sus lideres, han dejado a un bloque histórico casi fuera de la esfera de las decisiones sociales del país (por lo menos con un peso relevante). Es un golpe duro, sin duda, pero puede ser la oportunidad de una rearticulación o el principio del final del bloque y quedar fragmentados, por ende, débiles para participar de la esfera política ante otros actores de mayor peso.
Considero este último escenario poco probable, si algo han mostrado la historia del país, es que han sido un bloque capaz de abandonar intereses sectoriales por un fin mucho mayor cohesionado en luchas históricas, como la identidad indígena o campesina. Aunque queda resaltar que estas luchas históricas pueden cambiar y transitar a otro tipo de luchas, el mundo está cambiando drásticamente, categorías políticas como la izquierda y la derecha ya no parecen dar abasto al mundo de hoy. Bolivia no es una isla desconectada del mundo, todo lo contrario, Bolivia recibe una influencia poderosa de la tendencia política internacional. ¿A dónde quiero llegar? A que estas luchas históricas pueden dejar de ser relevantes para las nuevas generaciones, eso no quiere decir que todos olvidaran lo que alguna vez fue el bloque popular y su movimiento político, pero si una mayoría está en riesgo del olvido. La política no es un asunto estático, cambia rápidamente, los pensamientos se transforman en nuevos nodos de conflicto, en nuevos modos de ver la realidad social. Hace 50 años atrás tenías un movimiento arrollador en contra del llamado “neoliberalismo” desde facciones revolucionarias con claros contenidos del socialismo revolucionario. Hoy día encontramos esas categorías casi abandonadas y recluida en grupos cerrados. Nuevos términos como el “tecnofeudalismo” empiezan cimentar el nuevo imaginario colectivo, corrientes como el libertarismo o el neoconservadurismo acaparan los diarios, es el paso del tiempo, que no perdona ni siquiera la mística y la fuerza de lo que algún día fueron luchas poderosas.
El MAS y el proceso de cambio, no son inmunes a estas fluctuaciones sociales, dando lugar a un escenario complejo para un proyecto político popular que pueda articular intereses en consignas pasadas. Parece que el camino –para evitar la muerte política– del bloque popular se halla en la articulación de nuevas consignas y narrativas ajustadas a los tiempos que vivimos, eso no significa abandonarlo todo, se trata de ajustar y renovar una narrativa que permita participar de la política nacional a un bloque muy importante en nuestra historia y eso empieza por la valentía a hacer las cosas de nuevo, el valor de olvidar, el valor de rehacer, ningún proyecto político en la historia de nuestra civilización se ha mantenido de pie eternamente, todas han tenido que readecuarse.
Kant decía, “el deber de la filosofía era disipar la ilusión nacida de una mala inteligencia, aunque por ello hubiera que aniquilar tan apreciada y amada ilusión”. Una frase usada en el prólogo de su Critica de la Razón Pura para transmitir el enorme valor que tuvo para reconceptualizar toda una tradición filosófica de cientos de años (la metafísica). De mismo modo, los nuevos pensadores y actores sociales del bloque popular tendrán que encontrar el valor para concebir un nuevo proyecto político, aunque eso incluya sacrificar amadas, apreciadas e históricas consignas políticas, para la creación de un nuevo bloque popular.