Published on

¿Y si el camino no es la industrialización?

Authors
  • Name
    Twitter
    Instagram

La revolución industrial significo un cambio radical en el desarrollo de las naciones europeas. Desde entonces, el paradigma del resto de las sociedades no-europeas —no todas evidentemente, pero si la mayoría— han aspirado a industrializar sus recursos y convertir algunos pedazos de hierro, plástico y otros elementos, en verdaderas maquinas complejas de alto valor, como un automóvil, procesadores, satélites, misiles, aviones, etc.

Ya saben, el pináculo del desarrollo y del poder. Pero aquellos tiempos de poderosos artefactos manufacturados hace tres décadas atrás viene enfrentando un competidor que requiere menor cantidad de recursos y además tiene mayor rentabilidad, hablo de los servicios y en especial de los servicios tecnológicos.

Bolivia, desde la revolución del 52 viene tratando de generar una revolución industrial para el país, aunque por supuesto, fallida.

Hoy por hoy Bolivia sigue siendo altamente dependiente de la venta de materias primas, por lo menos en el caso de la agricultura hay una complejización un poco mas elevada, pero sigue siendo un proceso de producción carente de valor elevado.

Si bien las materias primas han sido ese motor que a duras —muy duras— penas nos ha hecho crecer, también ha sido el culpable de que nuestro paradigma de desarrollo se estanque en la inmediatez de la experiencia productiva, provocando que muchos no vean un potencial mas elevado en otras industrias de mayor valor y menor costo de desarrollo.

Las elecciones son en pocos días más, es el tiempo de enfrentar procesos políticos y cambios en la estructura de poder, por lo menos en la teoría, debería ser así.

Pero recordemos que las estructuras de poder están condicionadas por los medios materiales que la sostienen, esto es nada mas y nada menos que la industria que genera su poder económico. Hacer política diferente implica reestructurar grupos de poder y eso se logra a través del cambio de la matriz productiva.

En 1930 la política de los Estados Unidos estaba altamente influenciada por grandes grupos de poder económico desde la industria del petróleo y la industria manufacturera, hoy día sabemos que son las grandes big tech (empresas de tecnología) y los grandes grupos financieros la que influyen en Washington, esto es importante porque aquellos grupos de poder económico (que están bajo un paradigma de desarrollo, como el petróleo o la tecnología) hacia mover los hilos del país en ese rumbo.

Pero nos remontemos aún más atrás para aclarar el punto, antes de la revolución francesa, quien mandaba en Francia eran grandes terratenientes y señores con títulos (los famosos feudales) enfocados en una matriz productiva de desarrollo en la tierra y el comercio.

Después de la revolución francesa los que tomaron el mando provenían de otras esferas productivas, como la nueva industria manufacturera que había dado lugar la revolución industrial y los nuevos burgueses, que movieron los hilos políticos del país a través del fomento de las libertades por ejemplo, ¿Qué capitalista no quería más libertades para ampliar su máquina productiva?

El punto es que las estructuras de poder están dadas muchas veces por la matriz económica que solventa los recursos que requiere la política, se trata pues de una relación simbiótica donde los poderes económicos y políticos trabajan a la par para generar un marco de país y de paradigma de desarrollo, el poder económico de modo indirecto al financiar a la política moviliza recursos para favorecer un modelo económico.

Si queremos cambiar Bolivia —de verdad— también tenemos que cambiar la matriz productiva para que esta —por ende— termine generando nuevas relaciones de poder y por supuesto nuevos paradigmas de desarrollo.

¿Y si la respuesta no esta en volver el motor del crecimiento a la industria agronómica, la minería o el litio?

Hasta el momento hemos colocado nuestros ojos firmes sobre el litio, sobre la agronomía o la minería, sin pensar en que eso puede reproducir esquemas y estructuras políticas que pueden dificultar un verdadero cambio en el país.

Las industrias del conocimiento y la información son poco mencionadas en los planes de gobierno, a veces creemos firmemente que Bolivia debe seguir el mismo recorrido de otros países, pero no consideramos en que la tecnología puede hacer que tomemos atajos considerables y que Bolivia pueda ser un actor relevante en la región, la historia no es un proceso lineal que todos debamos seguir, cada civilización ha tenido caminos diferentes y particularidades en su matriz productiva.

Hasta el momento he tocado varios puntos, pero que convergen en una idea —creo yo— bastante innovadora de ver nuestra realidad política y sobre todo nuestro paradigma de desarrollo en una nueva respuesta, los servicios.

El PIB de los Estados Unidos, un 80% se compone de servicios, mucho mas que la industria manufacturera. El PIB de la Unión Europea de los servicios es de 72%, el resto es industria manufacturera y agricultura.

Y tal vez mas de un lector diga “pero esos son países desarrollados con inmensos recursos” y tiene toda la razón, pero eso no quiere decir que sea imperativamente necesario rezagar nuestra idea de país a la industrialización de nuestras materias primas y por ejemplo (idea muy sonada en el ámbito público) fabricar baterías, que no estaría del todo mal, pero hay mucho mas que solo pensar en baterías, existe una industria del conocimiento y como proyecto a largo plazo Bolivia puede echar una mirada en esa poderosa industria.

Supongo que para muchas personas aun es un sueño —muy irrealizable— pensar en que los bolivianos de aquí a 30 años puedan vender software y prestar servicios tecnológicos a la región, deshacernos un poco de nuestro mirada que apunta a la tierra (minería, agricultura, manufacturas, etc) y ver hacia el cielo, hacia la nube, hacia la inteligencia artificial, el mundo del software, hacia la industria del conocimiento y sobre todo hacia el futuro de la humanidad.

"Las opiniones expresadas en este blog son exclusivamente de los autores y no reflejan necesariamente las opiniones ni la posición oficial de la plataforma. Presente Bolivia no se hace responsable de las opiniones, comentarios o contenidos publicados por los autores. Cada autor es responsable de su propio contenido y de las consecuencias de su publicación."